La Adopción
Tenía este post sobre adopción guardado en un baúl con mucho cariño y no encontraba el momento de “sacarlo a la luz”… parece que ha llegado el momento.
Hablar de adopción no es fácil y tampoco es un tema del que se hable mucho, aún hoy, siento cierto reparo. Si es para hablar con respeto, con precaución, me parece bien, si es por sentimiento de juicio, desconocimiento, al fin y al cabo, entonces más temas que hablen de adopción son necesarios.
Voy a contarte lo que pienso (prometo no enrollarme mucho 😉 ). Siempre quise ser madre y en mi mente siempre estuvo presente la opción de adoptar, pero en mi círculo más cercano, no tuve constancia de adopción, no era habitual ni un tema del que hablar o del que aprender.
Ahora, como madre de tres niños aún sobre vuela por mi cabeza y sobre todo en mi corazón la idea de adoptar.
Ahora, sí tengo la suerte de conocer más casos de familias adoptivas y eso me alegra muchísimo, me hace sentir feliz a través de la felicidad de otro (cuánto bien hacen todas las familias adoptivas y seguramente ni lo sepan). Cuidar infancia es un lema desde hace tiempo, y siento que tengo que actuar, que pasar a la acción. Ahora, no es el momento, aunque confío en que ese día llegará y podré hacer realidad ese deseo.

En mis talleres he tenido varias familias con hijos adoptados, familias que al igual que yo, que el resto, quieren aplicar los principios de la disciplina positiva y que me preguntan si tienen que hacer algo especial al tener hijos adoptados… ¡Como si no fuera suficientemente especial todo lo hecho hasta ahora! pero así somos los padres…
Tener hijos es un reto, los que crecen en tu barriga y los que crecen en el corazón, y en el caso de los niños adoptados, las necesidades son las mismas: quizá hacer mayor hincapié en la conexión (afianzar el vínculo) y sentimiento de pertenencia (quién soy yo, cómo es el mundo, cómo puedo contribuir, qué se espera de mi y qué puedo aportar yo).
Trabajar ese vinculo día a día para que sientan que son y que van a seguir siendo, que no van a perder lo que tienen y que son hijos nuestros sin la más mínima duda.
Tener confianza en que la relación que está creando con su hijo le va a proporcionar la fuerza y amor necesarios y suficientes para superar cualquier obstáculo o creencia equivocada que él pueda tener con respecto al hecho de ser un hijo adoptado.
Como yo no soy una experta en estos temas, me gustaría dejaros con las palabras más sabias que puedo ofrecer, las de una madre contando su propia experiencia sobre la adopción de su hijo ahora ya adolescente.
Relato de una madre adoptiva
La adopción significa AMOR…
Soy madre adoptiva y tengo dos hijos adoptados maravillosos; me gustaría acercar, un poquito, a todo el mundo esta manera de ser padres tan hermosa.
Ser padres, independientemente de engendrarles o de ir a buscarles al fin del mundo, no es una obra de caridad (que siempre puedes elegir continuar o dejar de hacerla): SER PADRES ES PARA TODA LA VIDA.
A menudo, me encuentro con personas que dicen lo buenos que somos los padres que adoptamos o la suerte que han tenido nuestros hijos.
Siempre pregunto (si tengo confianza con la persona con la que hablo) “¿tu tuviste a tu hijo por caridad?” Por supuesto, la contestación es NO.
Lo mismo ocurre con ser padres adoptivos. Ser padres es una obra de generosidad y egoísmo a la vez; es querer dar amor y querer recibirlo; es querer cuidar y educar a tu hijo; es querer disfrutar de sus sonrisas, de sus abrazos, de sus mimos; es verle crecer y ayudarle a que se convierta en una persona autónoma, feliz… y eso es lo que nos lleva a adoptar.
Nuestros hijos tienen necesidad de unos papás y nosotros necesidad de unos hijos. La adopción no es un acto de compasión hacia el hijo adoptado, sino un acto de amor y respeto compartido, que viaja en los dos sentidos y nos invade a todos.
Las diferencias fundamentales, con una familia biológica, son que nuestros hijos tienen un pasado, una historia, que hay que respetar y contársela; forma parte de su identidad, de su origen y da coherencia a su forma de ser actual.
Por otra parte; no comparten nuestra sangre, ni nuestros ojos, ni nuestra piel…; nuestro vínculo es el amor, es la capacidad para querernos, para necesitarnos, para abrazarnos, para acariciarnos, para ayudarnos, para respetarnos, para comprendernos, para aprender juntos.
Siempre digo que estoy muy orgullosa de mis hijos; no necesito que se parezcan a mi, quiero que se parezcan a ellos mismos, que se sientan orgullosos de cómo son; tengo claro que somos una familia y además una familia muy especial; nuestros hijos han sido buscados y deseados con los cinco sentidos, con la fuerza de nuestro corazón.
Ana. Mamá de Yutian y Guillermo.
Nota: en Madrid hay sólo 21 familias para adopciones de urgencia y muchos niños que necesitan un hogar. Con muy poco podemos hacer mucho. En nuestras manos está.
Esperando que te haya gustado este post sobre la adopción, te envío un abrazo y te deseo un día de lo más Positivo 😉
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¿No te funciona lo que haces a diario con tus hijos? ¿Quieres cambiar tu forma de ver la crianza y la educación?
Si quieres aprender más sobre la Disciplina Positiva, conocer su método y técnicas y aplicar sus herramientas apúntate a alguno de nuestros talleres, comprobarás como sí existe un método que funciona. 😉

Psicóloga, Educadora Certificada en Disciplina Positiva para Primera Infancia, Aula, Familia, Pareja y Empresa. Fundadora de InfanciaenPositivo.com, ante todo, Madre.
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