Herramienta de Disciplina Positiva “Consecuencias Naturales” #PorfinesViernes ✓

Semana 8 • Herramienta 8 de 52 de Disciplina Positiva

Hablar de consecuencias en la educación nos lleva innegablemente a hablar de castigo, pero ¿por qué es esto así? ¿por qué hemos cambiado la palabra castigo por consecuencias? ¿acaso creemos que es lo mismo? ¿o quizá nos suena tan mal el castigo que necesitamos llamarlo de otro modo?

Hoy en #porfinesviernes te traigo una herramienta que a simple vista parece no ser muy útil…

Consecuencias Naturales

Cuando hablamos de consecuencias naturales nos referimos a todo aquello que ocurre sin la intervención de alguien externo.

Herramienta de Disciplina Positiva

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Por ejemplo:
Afuera está lloviendo, si no uso el paraguas, me mojaré; mi hijo está comiendo y dice que no quiere más y le digo: en un rato tenemos que irnos y no llevare comida, quizá tengas hambre porque has comido poco… quieres comer más ahora? Si nos dice que no, cuando estemos fuera  nos diga “tengo hambre” nuestro hijo estará experimentando una consecuencia natural.

Esto que parece tan simple o tan fácil no lo es tanto hoy día con el ritmo frenético que llevamos en nuestras vidas. Por otro lado, existen muchas consecuencias naturales que no podemos permitir:

  • Si nuestro hijo no quiere cruzar la carretera de nuestra mano, puede atropellarle un coche;
  • Y si quiere tocar el horno, se quemará, etc…

Sin embargo, hay muchas otras que podríamos dejar experimentar a nuestros hijos y no lo hacemos porque creemos que nuestra misión en la vida es evitarles dolor y sufrimiento sin darnos cuenta de que los niños necesitan experimentar y responsabilizarse de sus elecciones (como decíamos antes hay muchas que no podremos permitir porque son peligrosas, otras tantas no lo son).

En definitiva, experimentar las consecuencias de sus decisiones o actuaciones.


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Otra dificultad añadida, somos los adultos, que tras una consecuencia natural no actuamos como deberíamos.

Por ejemplo:
Cuando a tu hijo se le cae un vaso de cristal habiéndolo dejado muy al borde de la mesa, y le decimos “¿Ves? Te lo dije”.

En ese momento el niño deja de experimentar las consecuencias de su acto (aprender del error) para centrarse en su sentimiento de culpa, vergüenza o dolor.

¿Por qué los adultos necesitamos añadir el “Te lo dije”? ¿Te has parado a pensar sobre ello?

Habitualmente cuando comentemos un error ya nos sentimos mal por ello, los niños también.

Sin embargo al añadir la coletilla: “Te lo dije”, “Ya lo sabía yo…”, “¿Lo ves?”, “Si es que se veía venir…” estamos evitando que el niño pueda aprender de la experiencia para tener que defenderse del sentimiento de culpa, vergüenza o dolor.

En esos momentos se nos olvida conectar con la emoción que está sintiendo el niño y mostrar empatía:

Debe ser difícil tener hambre. Sé que podrás manejar esta situación.”

Como padres tendemos a rescatar o evitar las consecuencias naturales, y nos es difícil aportar nuestro apoyo sin sobreproteger y hacer que el niño se sienta capaz.

Soportar el llanto, la queja, la insistencia del niño nos supone tanto esfuerzo que tendemos a rescatar o sobre proteger.

Recuerdo haber llevado 3 botellas de agua en mi bolso para evitar a mis hijos pasar sed, no tanto porque ellos no supieran manejar la situación, sino por el miedo que sentía al pensar en sus quejas, reproches…

Hacer que mis hijos se hagan cargo de sus necesidades, que planeen, anticipen y descubran que tiene consecuencias es algo que les hará sentirse capaces y no está relacionado con ser buena o mala madre.


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¿Cuándo evito las Consecuencias Naturales? 

Igualmente hay situaciones en las que no podemos dejar que los niños experimenten las consecuencias naturales:

  1. Si el niño está en peligro, está claro que esa consecuencia natural no es necesaria. Por ejemplo: comprobar que la electricidad y el agua no son buenos aliados.
  2. Si las consecuencias naturales interfieren con los derechos del resto. Por ejemplo: que el niño quiera ver qué pasa si lanza un cuchillo y existe peligro de dañar a alguien.
  3. Cuando la consecuencia natural le afecte a su salud. Por ejemplo: no lavarse los dientes con la posibilidad de tener caries.

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¿No te funciona lo que haces a diario con tus hijos? ¿Quieres cambiar tu forma de ver la crianza y la educación?

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