5 Heridas emocionales de la infancia

En muchas ocasiones nos sorprenden nuestros hijos con determinadas respuestas a situaciones singulares… Más aún, nos quedamos sorprendidas cuando nosotras mismas reaccionamos de forma tan extraña que nos hace reflexionar y preguntarnos porqué hemos reaccionado así ante algo o alguien… ¿Habrá sido por nuestras heridas de la infancia?

¿Qué son las heridas emocionales de la infancia?

Si me conoces, sabrás que siempre digo: “los niños son excelentes captándo las cosas, vivencias…, pero son muy malos interpretándolas”.

En la infancia se forma nuestro estilo de vida, nuestra personalidad, aprendemos a interpretar el mundo que nos rodea y las experiencias vividas en la infancia marcan nuestra personalidad, 100% nos creemos lo que interpretamos como real y en la vida adulta se practica, se justifica y se mantiene sin que lo dudemos un segundo, a no ser que iniciemos un proceso terapéutico para expandir y flexibilizar nuestro estilo de vida.

En palabras de Alfred Adler:

Todo puede ser también diferente”…

A veces estas heridas obedecen a un pasado infantil realmente traumático. Otras veces, en cambio, se deben a distorsiones en la interpretación de la realidad por parte del niño.

Muchos de nuestros comportamientos y reacciones los tenemos “programados” por alguno de estos 5 miedos o mejor dicho, por las “heridas emocionales que sufrí en mi infancia”, de ahí que es fundamental “sanarlas” para llevar una vida plena y feliz. Y lo más importante es evitar trasladar estas mismas heridas a nuestros hij@s, aunque en la mayoría de casos se las causamos sin darnos ni cuenta de ello.

Qué provoca las “heridas”. Nuestros “miedos”

Las causas de estas “heridas” se deben a experiencias o sucesos traumáticos puntuales o mantenidas en el tiempo. Ten en cuenta la poca o nula gestión emocional en los niños, no es necesario que se haya producido una experiencia traumática, simplemente basta que el niño haya sentido un abandono por sus padres debido a la ausencia de estos en su horario laboral, por ponerte un ejemplo muy común. Estas heridas podemos agruparlas en 5 genéricas:

 

heridas emocionales de la infancia

1. Miedo al abandono o soledad

Lo que nos llevará a vivir situaciones de angustia, pensamientos obsesivos o ansiedad. Esto deriva en muchos casos en dependencia emocional.

Como evitarlo/combatirlo

Hay algo que conoces bien, el tiempo de calidad con tus hijos, practica la escucha activa, préstales toda tu atención y si es ese momento estás haciendo algo, involúcrales pidiéndoles tiempo para que puedas finalizar aquello que realizas. Fortalece su autoestima y permanece muy atent@ a las demandas afectivas de tus hijos… Muchos abrazos y besos y conversaciones!

2. Miedo al rechazo

En algún momento de nuestra infancia sentimos que no contabamos, que eramos apartados y esto derivó en una busqueda de aprobación constante o de reconocimiento. De adultos la tendencia es a aislarse o huir. La interpretación que se hace de niño es la de “no valgo, ni merezco ser querido”.

Como evitarlo/combatirlo

La educación y crianza respetuosa nos da las herramientas necesarias para evitar “caer” en este miedo. Tratar a nuestros hijos con respeto les enseña a que ellos se tengan respeto a sí mismos (autoconfianza y seguridad) y a los demás, dándoles seguridad y autonomía para afrontar la vida.

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3. Miedo a la humillación

Afecta a la autoestima y se traduce en falta de aprobación generando dependencia. Tendencia a preocuparse de los demás en vez de un@ mism@.

Como evitarlo/combatirlo

La cura está en ponerse en el lugar del que nos hizo sentir esa humillación o crítica, ¿porqué lo hicieron? ¿tenían alguna herida que no sabían gestionar? para poder perdonar y valorarnos cómo somos ahora, de adultos.

4. Miedo a la traición

Nos impide confiar, generándonos frustración, envidias, desconfianza y baja autoestima. En la vida adulta, podríamos tender a controlar y puede darse al sentirte traicionado por incumplir algo que se prometió.

Como evitarlo/combatirlo

Si crees algo dilo, y si lo dices, cúmplelo. No hagas promesas en vano, la desconfianza que provocarás será muy dañina. Trabajar sobre la confianza y fortalecer la autoestima es vital para evitar esta herida en tus hijos.

5. Miedo a la injusticia

Deriva en una autoexigencia extrema y gran temor a equivocarnos y se da cuando hemos tenido padres autoritarios e irrespetuosos con nosotros y/o nosotros lo somos con nuestros hijos.

Transforman a adultos rígidos que no dan “su brazo a torcer” porque creen que tienen la razón absoluta.

Como evitarlo/combatirlo

Criando desde el respeto y la tolerancia, dando cabida a todas las opiniones e ideas sin juzgarlas. Fomentando la autoconfianza en nuestros pequeños para que no “traten siempre de imponer sus creencias a los demás”.


Estas heridas emocionales de la infancia nos impiden llevar una vida plena y feliz, nos han marcado desde pequeños sin saberlo y conocerlas es lo primero que debemos hacer para curarlas y evitar que las sufran nuestros hijos ya que serán sus experiencias las que determinen su vida adulta.

Por esta misma razón es fundamental formarse e informarse como haces ahora mismo leyendo este post, aprendiendo formas de educar y criar desde el respeto y el afecto preparando el camino de tus hijos, alumnos o nietos hacia una edad adulta sana y feliz.

¿Y tu, ya has descubierto cuáles son las heridas emocionales de tu infancia? Compártelas, te leo en los comentarios!

 

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